The conceptual episteme
La episteme conceptual
©por Abdel Hernández San Juan
El lenguaje humano es autónomo perse por su propia naturaleza y lo es antes de que dispongamos de él en un modo dado bien sea por lo que con este podemos comunicar, entender o hacer entender, como por lo que en el podemos expresar o desde el referir, denotar o connotar. Durante mucho tiempo teorías evolutivas sobre el origen del lenguaje que no disponían los avances de la lingüística teórica y la filosofía del lenguaje, tanto en el sentido de la escritura como en aquel otro gráfico y sonoro, pusieron un énfasis desmedido en la instrumentalidad del lenguaje, los individuos, entendidos en un lado de acuerdo a una supuesta naturaleza desprovista de lenguaje, y el lenguaje, entendido entonces como algo exógeno o externo, aquello de lo que ese individuo o en definitiva el hombre dispone desde una exterioridad instrumental o funcional, aquello para lo cual le sirve.
El lenguaje humano es autónomo perse por su propia naturaleza y lo es antes de que dispongamos de él en un modo dado bien sea por lo que con este podemos comunicar, entender o hacer entender, como por lo que en el podemos expresar o desde el referir, denotar o connotar. Durante mucho tiempo teorías evolutivas sobre el origen del lenguaje que no disponían los avances de la lingüística teórica y la filosofía del lenguaje, tanto en el sentido de la escritura como en aquel otro gráfico y sonoro, pusieron un énfasis desmedido en la instrumentalidad del lenguaje, los individuos, entendidos en un lado de acuerdo a una supuesta naturaleza desprovista de lenguaje, y el lenguaje, entendido entonces como algo exógeno o externo, aquello de lo que ese individuo o en definitiva el hombre dispone desde una exterioridad instrumental o funcional, aquello para lo cual le sirve.
Pero el lenguaje es autónomo desde el momento en que para ser transmitido tanto como para ser aprendido debe ser considerado en aquello sobre lo cual en su conjunto se recorta como algo en si separado de cualesquiera otros fenómenos de tipo social, económico o relativo a las costumbres, los hábitos y las usanzas. Autónomo según las reglas y principios de acuerdo a las cuales se aprende, se adquiere, tanto como según aquellas de acuerdo a las cuales se performa, es decir, se practica, se ejercita y se produce.
Entendido así el lenguaje ha de ser considerado según su relación a la materia en que su basto plano se extiende tanto para su generación, los actos de habla y escritura en que se le ejercitan, como para su contemplación y apreciación, los modos visuales, sonoros y gráficos en que el lenguaje de uno y el lenguaje de los otros, se extiende frente nuestro en formas dadas de la creación de sentido, la comunicación y la expresión.
Alfabético y no alfabético, plástico visual, de ballet, danzario, musical, cinemático o teatral, la autonomía de el lenguaje forma en su propia materialidad un vocabulario y una gramática. En la conciencia de que el lenguaje es autónomo desde su misma disposición y su performance hasta su simple contemplación y apreciación, los vanguardistas hemos traído al primer plano una invariante universal de la condición humana, universalidad que no se refiere a una cosmovisión, sino a la de el lenguaje mismo, hemos así sostenido que el principio mismo sobre el cual el lenguaje se recorta en su autonomía conforma el objeto y motivo de nuestra inspiración en tanto consideramos que en el lenguaje todos los individuos desde la antigüedad griega hasta nuestros dias y cualesquiera que hayan sido nuestros acerbos, encontramos la vía de nuestras comunicaciones filosóficas, espirituales y de la sensibilidad tanto como de la expresión.
Autonomía del Lenguaje Artístico en la Autonomía del Lenguaje
El arte, de hecho, principia desde la temprana vida en nuestra disposición de lenguaje. Su especificidad, distinción y diferencia respecto a otros modos de la disposición de ese lenguaje, consiste en que en el arte miramos hacia ese lenguaje en sí mismo, le abrimos por sobre su propio plano y le desplegamos por sobre su infinitud material e inmaterial, intensificando nuestras percepciones y sensibilidad hacia el lenguaje mismo y por lo tanto hacia nosotros mismos en todo lo que debido al lenguaje hace de nosotros algo específico.
A esta contemplación y atención al lenguaje como algo en si podemos definirla como aquello que define la artisticidad estética, es decir, las formas artísticas de la estética. La estética, por supuesto, es mayor que el arte en tanto ella comprende en su relación a la filosofía, fenómenos más amplios que simplemente aquellos relacionados a la intensificación artística y estética de la contemplación del lenguaje y en este de nosotros, como aquellos relativos al ser, al tiempo o a el devenir asuntos respecto a los cuales el arte ha de vérselas sólo desde y a propósito del lenguaje artístico.
Si hablamos de un lenguaje artístico, de hecho, a diferencia de cualesquiera otros lenguajes, es porque creamos un lenguaje que consiste en contemplar estéticamente el lenguaje mismo y en crear inspirados en esta contemplación lenguajes únicos, sui géneris que consisten en lenguajes sobre el lenguaje o en los cuales el lenguaje se intensifica hacia sí mismo devolviendo a la totalidad del lenguaje una impresión más acentuada respecto a todo aquello en lo que ese lenguaje comunica y se comunica, deviniendo de hecho, dado este mismo motivo, como lenguaje en un lenguaje nuevo, distinto, intensificado.
En la comprensión de este fenómeno, que es lo que define y precisa cuales han sido nuestras innovaciones y renovaciones como vanguardia, aquello que nos define como vanguardia por sobre el resto de la sociedad, la autoconciencia del arte se presenta como la conciencia de la imprescindible irreductibilidad con toda la irredención que la conciencia de lo irreductible supone, de esta abstracción y no precisamente adheridos a formas de situar al arte como un objeto o cosa entre otros objetos y cosas en el conjunto de la sociedad, la cultura, la economía o la historia, que es lo que en gran medida han hecho no pocos entre aquellos quienes se han definido como historiadores del arte, historiadores sociales que incluyen al arte en esa historia social, críticos de arte o historiadores en general.
Arsenal e Irredencion de lo Irreductible
Junto a la lingüística que supone como el arte de vanguardia la autonomía del lenguaje, y junto a la filosofía del lenguaje que supone la relación desde esa autonomía del lenguaje a lo demás, la vanguardia artística es irredenta a formas de producción de discursos que pretenden situar al arte como un fenómeno dentro de conjuntos más amplios.
El arsenal de la vanguardia estriba precisamente en las telas vistas en el primer plano, bidimensiones y tridimensiones, los lenguajes como lenguajes.
Lo que en definitiva importa es que un cuadro pudiera llegar a ser abstracto formado a penas de líneas y planos, texturas y superficies, o que pudiera llegar a consistir en colores rojo y verde u otros resaltados por sobre los restantes, o en que pudiera consistir en descomposiciones y composiciones, síntesis y desglosamientos de relaciones entre planos y superficies, formas geométricas o recreaciones dúctiles y plásticas de universos sensoriales, o en intensificaciones de las impresiones gestuales de la naturaleza próximas a la retina, o en relaciones entre figuras geométricas y estilizaciones de formas percibidas, en formas directamente emplazadas en la naturaleza o en relaciones entre textos e imágenes por lo que sus diseños conceptuales y visuales suponen, o en experimentaciones de el cinema de la pintura, o en creaciones sonoras aleatorias que agudizan e intensifican unos aspectos por sobre otros, metonimias, sinécdoques, texturas o en ready mades de objetos traídos desde la vida cotidiana de todos los dias, o llevados a esta y sus lugares, fragmentos de realidad o la realidad misma vuelta objeto de preguntas creativas o nominales, o en experimentaciones de sitio, lugar, danza, o en que la escritura pudiere viajar hasta su más rica creatividad.
El abstraccionismo de principios de siglo enfatizó en la disolución del arte en la vida y en una espiritualidad más amplia. Este fenómeno adquiría expresión en formas específicas materialmente distinguibles de su comunicación, cuadros, pinturas, dibujos, creaciones, los cuales se recortaban a la percepción y la contemplación como obras de arte o simplemente según el modo en que esta invocación supuso para cada quien desiciones semánticas o expresivas en el horizonte connotativo o paradigmático de las obras. La filosofía, sin embargo, continuadora de las desmaterializaciones e inmaterializaciones Hegelianas en los modos de el filosofar e inspirada en el mismo principio, el de la extensión en el espíritu y la vida, cuando hizo de el arte sujeto y objeto de abstracciones filosóficas suscitó la impresión a la cual además se refirió afirmativamente, de que este, el arte, se desmaterializaba próximo a desaparecer, desvanecerse o diluirse.
Desde aquellos tiempos el arte y la filosofía daban la impresión de transustanciarse abstraídos el uno en el otro, o uno respecto al otro, por todo lo que les hacia correlato en el ser, el espíritu o la vida, mientras en definitiva la producción de sentido a través de obras de arte, y la producción de sentido a través de obras consideradas de la filosofía continuaba produciéndose y presentándose.
La Episteme Conceptual
De ahí la significación que adquiere el conceptualismo pues si bien es cierto que este no habría sido concebible sin aquel proceso de mutua relación en que la desmaterialización trae hasta la segunda mitad de el siglo XX las abstracciones requeridas para que el arte se pueda abstraer en su concepto, la episteme conceptual supone el devolver esa abstracción a las formas puntuales y bien delineadas de el arte en materia de su termino y todo lo que relaciona su definición nominal a su propia certeza material, fatica y factible. El cubo blanco, el soporte, el cuadro físico, cuanto pesa, cuantos kilogramos de este o aquel material, cuanto mide el espacio en que se expone, cuales son las cualidades estéticas o espirituales de este metro cuadrado de material artístico, bien por que lo sea en si, el simple soporte, elementos de la naturaleza, cuadros de la sensibilidad, o bien porque se lo designe, retomando el ready made en nuevos términos, ese fragmento de realidad que defino como arte al llamar a la percepción a contemplarle estéticamente, o bien en su reverso, ese fragmento de naturaleza o realidad escogido designado o artísticamente intervenido, o simplemente estos minutos o centímetros de palabras en que no hacemos otra cosa que hablar de arte.
Tres Distancias: Sinequanon de la Vanguardia
La autonomía del lenguaje artístico ha así de vérselas simultáneamente con tres asuntos que son tres formas de tomar distancia hacia los mismos. Primero, aquel menos adverso, el definirse como lenguaje desde el lenguaje en relación a otras formas de la inmaterialización o la desmaterialización que en favor de las mismas invocaciones de disolución, correlatos de vida, ser o espiritualidad, como la simple abstracción del espíritu en conceptos o de estos en aquel propios a la filosofía que haciendo de el arte su motivo, inspiración o correlato de abstracciones, suscitó en la impresión de el propio filosofar desmaterizado, la impresión de un arte desvanecido, debilitado o perdido en su evidencia.
No es propósito en lo anterior desmerecer desarrollos valiosos y ennoblecedores que la filosofía en la forma de autores como Adorno y otros continuadores de Hegel, emprendió, o incluso el mismo Benjamín, compartimos la fusión filosófica del arte y la vida presente en el arte en principio en la abstracción pero es requerido, tanto en una dirección como en la otra, precisar que sólo la autonomía que es propia al lenguaje, puede separar necesarias abstracciones, imprescindibles correlatos y epistémicos recortes bien informados en la secularización especializada.
Felicitamos así de paso, y a propósito del correlato, la aceptación en Frankfort de la significativa obra de Alfred Shurtz, primer sociólogo que se extendió en el estudio del acerbo. Tanto frente a supuestas desmaterializaciones dadas por perdida evidencia del arte?, de la filosofía?, de cualesquiera formas del discurso estético?, como en su reverso, frente a impresiones de sustancia trastocados en la desfamiliarización como expansiones de unas técnicas y no de otras o de una el arte, sobre otras, la filosofía o cualesquiera otros supuestos, insípidos simulacros, según Deleuze, cuando una de las formas de la secularización se adjudica el efecto de ampliación, extensión o expansión por sobre las otras. A todas corresponde en definitiva aquello que en el desarrollo y la modernización les viabiliza la comunicación y la aceleración de la optimización, las tecnologías de la información y la comunicación, el internet y los medias de la infinitezimalización fractal.
Discurso sobre el minimalismo o minimalización del discurso, autonomía del lenguaje en general o autonomía del lenguaje artístico en específico, ética del correlato y responsabilidad del estrato. Segundo las tradicionales supeditaciones de el lenguaje a la representación o a una idea representacional de realidad como esta se había recibido en no poco arte de el pasado. Y tercero, la autoadjuficación de distancias de cualesquiera tipos que hacia la vanguardia artística pretendieron situar a la vanguardia como algo más objeto de discursos abarcadores tan siquiera autodeclarados formas del lenguaje o el discurso, como aquellos de la historia del arte o de la historia social del arte o de la historia social de la sociedad y en esta de el arte como si la modernidad misma o por sobre esta algún supuesto de historia le llevara la delantera a la vanguardia, hipostasia retórica, vanguardia significa adelante a la punta, en la delantera. No es concebible de hecho, para nosotros desde la vanguardia, alguna distancia hacia la vanguardia que no sea emprendida desde la vanguardia misma que niega en la autonomía del lenguaje y del lenguaje de la vanguardia el supuesto mismo de que una distancia tal sea deseable, admisible, conciliable e incluso posible.
Los programadores computarizados, los cibernéticos, los inventores e innovadores tecnológicos son artistas, también aquellos que inventan el mercado, o bien se han hecho a imagen y semejanza de las innovaciones de la vanguardia, no en balde los diseños han seguido en los sofweres tanto como en las tecnologías y las ciudades, razón difícil de negar en lo que al talento creativo respecta, las abstracciones puras de forma que desde principios de siglo no han sido sino hallazgos de la vanguardia sobre aprioris cognitivos y expresivos en la vida temprana.
Las Dos Autonomías del Arte
Dado lo anterior es motivación precisar que la literatura que disponemos a propósito de las vanguardias artísticas en el siglo XX en Europa, considerando a estas desde el impresionismo hasta fines de la primera mitad de el siglo XX alrededor de la década de los cincuentas, así como a su continuidad en una siguiente etapa de desarrollo aquella que contempla desde los sesentas y setentas, hasta los ochentas y noventas en estados unidos, y su más acelerado salto evolutivo que comprende las mutaciones hacia niveles más altos de desarrollo contemplando el tránsito de fines de los noventas al dos mil y la primera década de el nuevo siglo, está muy lejos de haber sido agotada.
Infinidad de procesos y fenómenos propios a la primera vanguardia artística, cuya significación viene dada sobre todo en haber nutrido el arsenal sobre el cual regresamos continuamente, vemos hoy en una nueva luz y a cada nuevo esfuerzo de comprendiendo a la primera vanguardia comprendernos a nosotros mismos, surgen y se dilucidan renovados desarrollos. La sociología ha sido decisiva en esta conciencia.
Sin esta, sobre todo a propósito de la correlación entre el corte sincrónico Durkeiniano, por un lado, la teoría Weberiana de la relación entre secularización y especialización, por el otro, y los reacomodos todos, hermenéuticos, fenomenológicos, poslacanianos y marxistas, a que hemos dado forma posteriormente, lo dicho, no sería concebible. La vanguardia artística es el resultado por sobre todas las demás razones de el proceso evolutivo y gradual de dos autonomías que hubieron de ser libradas en la modernidad de el arte, no sin dificultades y tropiezos.
Estas dos autonomías fueron una, la autonomía de lenguaje y dos, la autonomía institucional. Ambas se venían dando simultáneamente y se llevaban ventaja la una a la otra en aspectos disímiles. Mientras el proceso de autonomía institucional del arte aventajaba al proceso de autonomía de los lenguajes artísticos en relación a determinados fenómenos, garantizar por ejemplo al gremio artístico con sus distintas especialidades que la modernidad toda no cayera sobre el arte con consecuencias desbastadoras, la autonomía de lenguajes artísticos aventajaba a la autonomía institucional del arte en varios otros aspectos, como por ejemplo, en el hecho mismo de disponer de lenguaje y de nuevos lenguajes, para poder tratar en nuevos modos con las consecuencias que esa modernidad suponía sobre nociones tan simples como las de comunicación, memoria, sensibilidad, sentido común, procedimientos, sistemas operativos, diseños, síntesis, viabilidad, relacionalidad, gerencia, control de la calidad, tanto hacia adentro, las mismas instituciones artísticas, géneros, colecciones, inventarios, visualidades, mercados inclusivos, modos, modalidades, como hacia su relación con el conjunto de esa modernidad estética, social y cultural, medios masivos, nuevas tecnologías, mercados exclusivos, públicos, consumidores, comunidades, políticas.
Los Tres Caminos de Lectura
La vanguardia artística puede en este sentido ser comprendida de acuerdo con varios caminos de lectura. Desde uno de sus lados, puede ser discutida priorizando la relación entre el proceso de autonomización de las instituciones artísticas hacia su plena individuación y el resto de la modernidad estética, económica y social, camino que supone una pesquisa que contemple la evolución de el coleccionismo y las formas de exposición de el arte hacia el surgimiento y desarrollo de el museo, y más allá de este, hacia sus formas espaciales modernas y contemporáneas. Desde otro de sus lados, la vanguardia artística puede ser comprendida a través de una pesquisa que priorice la gradual evolución con sus distintos momentos y modalidades que adquirió el proceso de relación, comunicación e incomunicación entre estas dos autonomías, la de el lenguaje de el arte y aquella de las instituciones artísticas, con sus encuentros y sus desencuentros, camino que lleva a la objetivación de infinidad de dinámicas proliferadoras sin las cuales es imposible entender el arte y las cuales suponen relaciones de espaciamiento que pueden moverse desde un lado hacia el otro o biserversa según se las comprenda priorizando la autonomía de lenguaje como lugar de las preguntas y las miradas con sus extensiones y coextensiones, o según priorizando las asimilaciones e incorporaciones propias a la autonomía institucional del arte, con sus coexistencias y convivencias, tanto como con sus incomunicaciones.
O simple y finalmente, la vanguardia artística puede ser comprendida según la relación entre la evolución de el proceso de autonomía de los lenguajes artísticos, los artistas y los creadores en sentido más amplio y esa modernización estética, tecnológica, comunicativa, económica, social y cultural en vivo y en directo, con todo lo que esto supone en términos de la alta significación que reviste la vanguardia para lo que ha sido esa modernización en un altísimo por ciento gracias a nosotros.
Para este análisis estoy situado en mil ochocientos ochenta, los años en que transcurren las primeras expresiones de la vanguardia, el impresionismo europeo en Paris y otras ciudades Monet, Manet, Renoir, Seurat, Pizarro, las primeras presentaciones cubistas Brake, Gris, Picabia, Picasso, y por supuesto, todos los demás fenómenos que contempló este proceso de autonomía gradual de los lenguajes artísticos Abstraccionismos, Abstraccionismos Matericos, Klee, Kandinski, Malevish, Miro, entre tantos otros, Dadaísmos, Duchamp, Productivismos, Constructivismos, Expresionismos, Surrealismos y la continuidad de aquello en un nuevo nivel de desarrollo Informalismos Abstractos, Expresionismos Abstractos, Minimalismo, Conceptualismo, hasta sus formas posteriores y actuales, es decir, desde los principales países europeos y el mundo anglosajón incluyendo Inglaterra y Estados Unidos, hasta todo el basto universo de el arte moderno y contemporáneo globalizado e internacional que incluye el mundo nórdico, euracia incluyendo grecia e Italia, la india y asia, el caribe, las américas y por último los mundos, portugués, español, africano y árabe.
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